- Estructura. Comenzar con una introducción, seguir con un desarrollo y terminar con la conclusión, así será más fácil de entender. Ésta última da respuesta al origen de la exposición.
- Vocabulario y sintaxis. Frases breves y sencillas con un léxico adecuado al tema, audiencia, formalidad y propósito comunicativo.
- Medios de apoyo. Para atraer la atención, ejemplificar y hacer que se comprendan mejor los conceptos.
Además, también hay que tener en cuenta el lenguaje no verbal:
- Gestos. Para acentuar, acompañar o contradecir lo que se expresa con palabras.
- Mirada. Que sea franca, hacia todo el público para que se sientan mirados.
- Voz. Adecuar el volumen a la sala y variar la entonación para transmitir entusiasmo y así evitar distracciones en los oyentes.
- Vocabulario y sintaxis. Frases breves y sencillas con un léxico adecuado al tema, audiencia, formalidad y propósito comunicativo.
- Medios de apoyo. Para atraer la atención, ejemplificar y hacer que se comprendan mejor los conceptos.
Además, también hay que tener en cuenta el lenguaje no verbal:
- Gestos. Para acentuar, acompañar o contradecir lo que se expresa con palabras.
- Mirada. Que sea franca, hacia todo el público para que se sientan mirados.
- Voz. Adecuar el volumen a la sala y variar la entonación para transmitir entusiasmo y así evitar distracciones en los oyentes.
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